En los 60’s, ante el elevado costo y la contaminación que podría generar el excesivo consumo de combustible, la firma norteamericana buscó una alternativa un tanto llamativa, una turbina. Por eso en 1963 presentó el Turbine, que además de usar tan peculiar motor, era capaz de funcionar con diferentes combustibles derivados del petróleo o del alcohol.
El motor desarrollaba 130 CV a 3.600 rpm y estaba acoplado a una caja de cambios automática de tres velocidades. Se trataba de un vehículo con tracción trasera que no poseía radiador ni necesitaba agua o anticongelante y tampoco requería período de calentamiento. Contaba con una sola bujía que permitía encender el combustible y podía arrancar aún en temperaturas bajo cero. El auto recorrió varios países del mundo, con una parada muy recordada en París donde demostraron su funcionamiento utilizando perfume Channel Nº5 como combustible.